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martes, 7 de julio de 2009

Se ponen morados, y de amarillo

San Pedro ganó ayer la Bandera Centenario de la Naval y encabeza la clasificación de la Liga San Miguel. Castro hizo segundo y una gran Hondarribia volvió a ser tercera
GAIZKA LASA

PORTUGALETE. DV. Los gestos de Gaizka Garmendia, patrón de la Libia, durante los últimos 200 metros de regata simbolizaron ayer el espíritu y la identidad de la tripulación que hacía historia en Portugalete. El triunfo de la perseverancia y de la superación tres temporadas después. Señales de rabia con emoción contenida salían de sus gritos y gestos. Repetía la seña victoriosa de brazos arriba, hacia la proa, con el puño en alto mientras su tripulación obedecía a sus ademanes con paladas elegantes y llenas de potencia.
Como un director de orquesta al que su banda de músicos sigue el ritmo. Y cuando termina la pieza, ovación. Abrazos, juramentos de desahogo, muecas de ilusión y mucha alegría. Sólo ellos saben el valor que encierra esta gran victoria, ante lo mejor de lo mejor. Ellos han tejido hilo a hilo, a base de esfuerzo y pundonor, por encima de las dificultades, esa bandera que agitó ayer el patrón zarauztarra.
Los de Aitor Balda habían avisado la víspera en Bilbao. Ya lo dijo Juan Mari Etxabe, entrenador de Castro: «San Pedro ha demostrado que también está por encima del resto de tripulaciones y habrá que tenerles muy en cuenta». Los pasaitarras fueron los únicos que inquietaron a esa gran selección, con lo mejor de cada casa, en la jornada inaugural de la ACT. Y ayer, la inquietud se convirtió en impotencia. La Marinera aguantó como pudo el empuje de una Libia lanzada hacia su primera bandera en la Liga San Miguel, pero tuvo que desistir a partir de la mitad de regata.
La calle cuatro, la buena
En el tercer largo los guipuzcoanos ofrecieron el mejor recital de su repertorio. Río abajo, burlaron la marea que subía por esa calle cuatro que permitía evitar, dentro de lo que cabe, la corriente en contra. Paladas alegres, bien acompasadas y con potencia. Avanzando más rápido que el resto, cada vez más lejos, mientras las traineras de Hondarribia y Castro, por las calles dos y tres respectivamente optaban por escorarse hacia la calle cuatro y sucumbir a la estela de los dueños y señores de la regata. Detrás de los campeones, como en una escala de jerarquías.
A partir de ese punto, trece remeros y un patrón se pusieron morados. Se gustaron remando y confirmaron el paso de una revelación a una realidad. Los pasaitarras no acusaron, además, los cuatro cambios que realizó su entrenador respecto a la jornada anterior. Aitor Balda expresaba que «ya sabíamos que podíamos estar ahí desde que nos probamos en los descensos de pretemporada. El de Orio, por ejemplo, nos enseñó el camino. La primera mitad de la regata no hemos ido tan cómodos, pero a partir de la segunda ciaboga hemos aprovechado la pequeña ventaja de la calle cuatro para marcharnos y hemos aguantado bien».
En cuanto a sus rivales, Castro demostró estar un punto por encima del resto. Se mantuvo casi a la par de la Libia hasta la mitad de la prueba a pesar de no contar con la mejor calle, la tres. Aventajó en trece segundos a Zarautz y en 18 a Meira, embarcaciones que bogaron por su misma calle en las tandas anteriores. Y también presumió de plantila al hacer cuatro cambios respecto a la victoria de la víspera.
Hondarribia fue otra vez la sorpresa positiva de la jornada y se consolidó en ese tercer puesto conseguido la víspera. Los de Mikel Orbañanos tampoco tuvieron ayer suerte en el reparto de calles pero vencieron a las dificultades de la calle dos con una inteligente dirección de Joseba Amunarriz. La Ama Guadalupekoa varió su trazado hasta casi la calle cuatro en el tercer largo y tras una ciaboga de diez salieron lanzados del último giro. Tanto que pusieron contra las cuerdas a Castro en un cuarto largo en el que fueron los mejores en el cómputo de las doce traineras. Dos terceros puestos en las dos primeras regatas, y con cinco cambios de un día a otro, invitan al optimismo en la familia verde.
Zumaia, reforzada
Otros que salen con la cabeza bien alto del fin de semana son los miembros del Zumaiako Arraun Elkartea. La Telmo Deun fue ayer quinta y partirá a Galicia en la zona templada de la clasificación, en el sexto puesto. Los de Luis Mari Olasagasti Luxia supieron aprovechar la ventaja de la calle cuatro e incluso plantaron cara a los vigentes campeones de la liga, los remeros de Urdaibai. En una trepidante segunda tanda, la Bou Bizkaia no pudo despegarse de los zumiarras hasta el último largo.
Entonces sí, los de Fran González demostraron que mantienen su potencial y se marcharon mientras por detrás se libraba la batalla más emocionante del día. Orio se metió en la calle dos de los vizcaínos y fue remontando hasta llegar a la par de Zumaia mientras Zarautz tampoco cedía. Los tres guipuzcoanos ocupaban la parte central de la ría. Acurrucados. Las centésimas jugaron a favor de Zumaia en una guerra en la entró también un Kaiku resucitado.

Castro se impone en Bilbao y se coloca como líder de la Liga San Miguel

Gaizka Lasa | DV. San Sebastián

La Marinera impuso la ley del más fuerte y ganó la Bandera Telefónica con más diferencias de las previstas. San Pedro fue la única tripulación que aguantó de cerca a los cántabros

La imagen de la tarde ayer en la ría de Bilbao. Tras las balizas de meta, la tripulación de Orio manifestando su extenuación. Gestos de dolor, manos al agua, brazos caídos por el peso del ácido láctico. La Mirotza había realizado una digna regata y aliviaba su sufrimiento rompiendo filas. Unos metros río abajo llegaba un ejército rojo, La Marinera, sin dar apenas tiempo a los aficionados para girar 180º el cuello. Bien formados, al unísono, alentados por la electricidad de su patrón, Iker Gimeno, y con mucha fuerza.

A un lado del río, las embarcaciones que ya habían finalizado su tarea en lo que había sido un espectáculo emocionante e igualado. La tarifa que se esperaba para la Bandera Telefónica. Al otro, una trainera que aplicaba la suya propia. Por encima de la estrecha competencia entre las demás. Superiores.

Castro marcó los mejores registros desde las primeras paladas. Demostró así ser el bote más en forma en la línea de salida de la liga. Porque ayer, en el Nervión, pesado y exigente como siempre, no había trucos ni magias. Una contrarreloj durísima puso desde el principio a las doce mejores tripulaciones del Cantábrico contra sus propios límites. Una agonía que deleitó al público, testigo cercano, a escasos metros, del sufrimiento de los remeros.
Un murmureo de admiración se extendía por la zona de meta. La diferencia de Castro respecto a sus rivales, más de 14 segundos a partir del tercero, sorprendió. No a todos. El entrenador de los campeones reconocía tras la exhibición de los suyos que «veíamos que la trainera iba más deprisa que el año pasado durante los test previos a la competición. La úlitma semana hemos entrenado en este campo y sabíamos que iríamos bien».

Castro amenazó ayer con aplicar una tarifa plana durante esta temporada. Pero como su propio entrenador reconoció, «San Pedro también ha demostrado, junto con nosotros, estar un punto por encima del resto de traineras». La Libia se marcó una contrarreloj sobresaliente, de menos a más, e incluso realizó el mejor tiempo en el último largo. Señal inequívoca de la buena condición física de los de Aitor Balda, que vuelven a empezar en tanda de honor la temporada.

Lor morados se supieron desenvolver sobre la aspereza del campo de regateo de Bilbao. Con la marea bajando y la corriente río abajo, pero con el viento en la dirección opuesta, las traineras no superaron las 37 paladas por minuto en la mayor parte del recorrido. Lucharon en un escenario difícil para acertar con la remada, y con la tensión propia de la inauguración de la ACT.

Ojo con la segunda tanda

Si lo de la Libia fue una confirmación, la ratificación de que hay cuadrilla de calidad en San Pedro, lo de Hondarribia significó la verificación de una progresión constante. La Ama Guadalupekoa terminó tercera y cumplió el objetivo de arrancar la temporada en el punto donde lo había dejado en la anterior. La llegada de los verdes fue ayer espectacular. Con Joseba Amunarriz disparando sus últimos gritos, y las paladas de la banda de estribor rozando el pantalán de la zona de meta. Y con las centésimas bailando. Sólo catorce a favor de los guipuzcoanos respecto a Pedreña.

Lo de Hondarribia y Pedreña fue la prueba de la igualdad que caracteriza este año a la ACT. Dos de las traineras que partían en la segunda tanda se colaron entre los cuatro mejores. Zarautz fue mejor que el líder Urdaibai e incluso Zumaia se quedó a un sólo segundo de la Bou Bizkaia. Tripulaciones que lanzaron ayer el primer aviso claro: al más mínimo despiste, ahí estaremos.

Orio fue una de las víctimas de esa igualdad. Los de Josean Olaskoaga Aizperro no salieron demasiado bien y se pasaron ligeramente en la primera ciaboga. Resultado: octavos en el cómputo general del primer largo. Remontaron pero se quedaron fuera de la tanda de honor. Quintos, aunque a dos segundos de los terceros.

Cara, Tirán. Cruz, Kaiku

En cuanto a la pelea por la permanencia, la dura regata de ayer también despejó algunas incógnitas. Los gallegos de Tirán protagonizaron la sorpresa positiva en esa lucha y completaron una contrarreloj en la que transmitieron muy buenas sensaciones y marcaron un tiempo que miraba más para hacia arriba que hacia abajo. En el lado opuesto de la balanza se situó Kaiku. Los de José Luis Korta fueron décimos y se quedaron a ocho segundos de ganar la primera tanda, para la que era la clara favorita. Los de Sestao ganaron, eso sí, en afición. Fueron los más ovacionados tanto cuando salieron a calentar como en la propia regata.

ntre Hondarribia, tercero, y Tirán, noveno, hubo menos de diez segundos. Se cumplieron las expectativas. Más nivel que nunca. Más ambición. Y emoción. Con dos tripulaciones por encima de las circunstancias: Castro y San Pedro. De momento, los mejores.